Pereda de Ancares es un buen punto de partida para conocer Los Ancares debido a las rutas senderistas que cruzan la zona. Es un pequeño pueblo leones de 50 habitantes En el centro vemos la Iglesia de Pereda de Ancares, se trata de la típica construcción románica, muros gruesos, arcos de medio punto y ventanas diminutas incluido el pequeño rosetón de su fachada principal.
Como aún tenemos buena luz pues que mejor que un paseo después de tantas horas en coche.
A pesar de ser el mes de agosto, los riachuelos llevan agua y la vegetación es muy frondosa. Creo recordar que este se llama Rio Seco.
Dentro del pueblo encontramos encina, abedul, tejo, madroño, arce, fresno, acebo, roble y castaños milenarios como el que se ve en la foto.
Bien, pues ya es hora de descansar un poco y la verdad es que el sitio ayuda, se acabaron los calores del mediterraneo y eso de ver que te preparan sobre la cama unas mantas para la noche.........
Mientras esperamos que nos sirvan la cena en el Hotel Rural Valle de Ancares, su propietario de unos 45 años nos cuenta que cuando el tenia 17 años tenia que estudiar con luz de candil ya que aun no tenían electricidad en la zona. Este valle era pobre, mientras que el vecino Valle de Furniela era lo contrario. Prueba de ello el dicho que circulaba.
" El Ancarés reza para no pagar y el Furnielo paga para no rezar "
Mientras estaba leyendo, en una mesa próxima se juntaron varios ancareses que ya tendrían 80 años y recordaban sus épocas de trabajadores en las minas de carbón que había por la zona, hablaban de la primera vez que entro un camión para cargar el carbón, lo que les había impresionado ya que hasta entonces el carro de caballos era el transporte que se usaba
La Palloza del Señor Antonio es una casa museo que se puede visitar, aunque nosotros la encontramos cerrada. Construcción estrechamente emparentado con los celtas, paredes de piedra, planta circular o elíptica, su suelo conservaba la pendiente natural del terreno, los tejados con fuerte pendiente para que la nieve no los hundiera y construidos con paja de centeno, no tenían chimenea ya que el humo salia por entre la paja y así la protegía de roedores y otros pequeños insectos. Convivían en el mismo recinto animales y personas.
Con el tiempo los techos de paja fueron siendo sustituidos por la pizarra.En esta foto se ve claramente como las construcciones respetaban la pendiente del terreno, en una parte prácticamente no hay pared hasta el tejado y sin embargo en el otro lado tiene tres metros.
Parking en el puerto Ancares o alto de la Bolauta. Es agosto, pero por la mañana hay que ir con ropa de abrigo a pesar de que solo son 1670m de altitud.
La tabla de surf es para despistar.....
Nos indicaron una excursión hasta el Lago Cuiña. Es una caminata bastante suave por las cretas de estas lomas.
Las vistas son impresionantes, puedes divisar montañas leonesas, lucenses y asturianas
En Pereda de Ancares nos comentaron que este año habían tenido un invierno muy seco y efectivamente nos encontramos el Lago Cuiña casi sin agua. Un grupo de rebecos pastaban tranquilamente. Al fondo vemos "El Campanario", mal llamado por mucha gente como " Dos Hermanitos".
Así terminamos nuestra visita a Los Ancares. Y como siempre queda algo por hacer, la próxima vez subiremos al Pico Cuiña.
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| El mensaje |
Cuando aúllan los lobos, una fibra más antigua que la razón se estremece en cada ser humano. Muchos, la mayoría, sienten un escalofrío y buscan el abrigo de la roca, de la manta conocida, de las llamas de la hoguera que obliga a la oscuridad a retirarse unos pasos. Para estos es la hora del silencio, de esperar la madrugada rogando porque la fiera pase también hoy de largo.
Pero hay otros, unos pocos, que cuando aúllan los lobos se levantan y responden. y sin volverse velludos, sin que les crezcan los dientes como afirma la leyenda, pertenecen a la estirpe de los que huelen la sangre.
Nadie sabe cómo se llega a ser de una clase o de la otra. no hay herencias, ni enseñanzas, ni madres que transmitan a sus hijas el secreto, ni padres que lo enseñen a sus primogénitos en el claro del bosque.
Nadie sabe qué bisagra los divide y sólo hay un modo de distinguirlos: Cuando aúllan los lobos, unos tiemblan y otros ríen.
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